Rama de Básquetbol Malloco Atlético
“UNA HISTORIA GLORIOSA”
Malloco tuvo un básquetbol femenino glorioso. Sus jugadoras, chiquititas y delgadas, eran llevadas en andas, tras los partidos que se registraban en la antigua sede del Club, en la esquina de las calles Miraflores y Balmaceda, frente a la Iglesia del Niño Dios de Malloco. Estamos hablando de 1946, cuando jugaban Wilda Labarca, Norma Vásquez, Antonia Valdenegro, Nana Mendoza, Norma Guzmán, Ignacia Castro, Mireya Maulén y Ema Berrios. Era el tiempo en que presidía la rama de fútbol un mítico dirigente: Adolfo Numi, a quien motejaban como “El turco Numi” y que vivía, dicen los que aún lo recuerdan, “por allá, cerca del cuartel de Carabineros”.
Wilda Labarca vino a Malloco como profesora de Educación Física, invitada a entrenar a las jugadoras los miércoles de cada semana y, como los acontecimientos la fueron entusiasmando, no solo entrenaba, sino que terminó jugando por el club. Y se quedó para siempre porque hoy la encuentra haciendo tenis, con la misma dedicación y fuerza de sus tiempos de basquetbolista, y encabezando una exitosa empresa gastronómica, como es el restaurante Der Münchner.
Y no hubo un solo equipo, sino otros se fueron sucediendo en el tiempo, con el mismo entusiasmo y calidad. Todos recuerdan otro plantel en el que militaron Eliana Devia, María Lara, Norma Lagunas, Nury Astorga, Fresia Arce, Avide Chacoff, Amelia Hurtado, Josefina Hernández, Hilda González, Victoria y Alicia Berríos, Berta y Mirna Mussi.
La historia del básquetbol se puede retomar luego, en 1963, cuando el entrenador era Rubén Berríos, quien hoy recuerda a esas gloriosas deportistas y sus “partidos clásicos”, que eran con el rival poderoso: Bata, de Peñaflor”. “El equipo nuestro estuvo invicto más de un año porque tenía una dinámica muy moderna, que seguía las ideas de un entrenador norteamericano, Ken Davidson, cuyo libro llegó a mis manos cuando me lo regaló el futbolista, Américo Azares Iglesias, conocido como “El Chato Azares” y que vino a Malloco a jugar por el Club. “Allí se hablaba de disciplina, comportamiento en la cancha, dominio de técnicas del básquetbol. Decía, por ejemplo, que la jugadora debía pararse con la actitud del orangután, flectada, pues de ese modo no necesita agacharse ante el peligro y está lista para saltar. Una técnica importante que usamos era la marcación una a una y todas esas instrucciones, que las jugadoras pusieron siempre en práctica, fueron las que hicieron del básquetbol malloquino un deporte exitoso, incluso más allá del fútbol”.
El básquetbol masculino también tuvo su tiempo de gloria y el equipo malloquino participó en competencias oficiales en Malloco y Peñaflor. Mario Berríos, quien hoy ya no está, jugó y entrenó y entre los jugadores de la época histórica hay nombres como Luis Castro, Manuel Flores, José Mafud, Oscar Morel. Rubén Berríos dice, con cierta nostalgia: “Había mística, amor y compañerismo”. Y así debe haber sido porque hay quienes dicen que ir a ver el espectáculo que ofrecían cada fin de semana las jugadoras “era como ir a misa” porque, curiosamente, la Iglesia del Niño Dios de Malloco estaba al frente de la misma sede del club.
La cancha corría paralela a la calle Balmaceda en el lugar donde se han instalado las sucesivas bencineras. Cuenta la leyenda que el párroco Agustín Lobos, una personalidad religiosa y social de la época, reclamó a los dirigentes del club por que, dado que los partidos eran a las 11 y media de la mañana, la algarabía con que los espectadores los seguían subía de tono y las señoras que asistían a la misa, no podían concentrarse en sus oraciones. No en vano, hay quienes calculan en dos o tres centenares de hinchas, alentando a las basquetbolistas a la orilla de la cancha, con un fervor que hoy cuesta imaginar. Los sábados, además, se jugaba a partir de las 18 horas y hasta pasadas las 22 horas…
“Los mejores partidos, dice Norma Vásquez, muy popular en su época, eran los últimos de la noche”.
Después de esta época gloriosa vienen otras, que tienen diferentes protagonistas, como es el caso de Miguel Vielma Díaz y que van conectando la historia. Desde 1974 adelante, hay otros hechos, como una nueva rama de este deporte, que llegó tener 40 jugadoras, más un equipo masculino, aunque con un número menor de jugadores. Eran tiempos en que los entrenamientos eran en la Escuela Brasil, en la primera cuadra de la calle Miraflores. Se ganaron campeonatos relámpago, partidos amistosos, y vino el trabajo para reconstruir el estadio, destruido por el paso de la Autopista del Sol. Los jugadores de la rama no solo jugaban sino sacaron piedras, limpiaron el terreno y sembraron césped.
Estos son detalles que no se saben públicamente, pero que sus protagonistas los cuentan hoy con orgullo pues fue su aporte a lo que hoy es el estadio. Aparece en la historia unas jugadoras notables: como Sandra Marambio, Myriam Pérez y Margarita Bravo quienes se destacaron como grandes scores femenino en diversos campeonatos. La historia sigue y se repiten nombres, una y otra vez: Juan Arancibia, Miguel Osses, dirigentes históricos, no solo en el fútbol, sino también en este capítulo.
Durante la última década, la Rama de Básquetbol, ha visto ente sus filas, grandes deportistas que han dejado huella, en los campeonatos de Padre Hurtado como también en Talagante. En la Asociación de Padre Hurtado, encuentros que se disputan en el estadio de Julio Covarrubias, se han logrado títulos, tanto masculinos como femeninos. Destacamos a estos cracks contemporáneos del básquetbol malloquino que siguen dejando huellas.
Malloco también fue anfitrión y organizó campeonatos de básquetbol en nuestro estadio dos años seguidos, llamando Copa “Wilda Labarca Olguín” en homenaje a su persona, destacados equipos de la provincia de Talagante, se dieron cita en nuestro estadio de Malloco para paraticipar de estos torneos que contaban con el aporte de FONDEPORTE, proyectos adjudicados ante el Instituto Nacional del Deporte.
En el mes de marzo, se inauguró la multicancha, que deseamos que pueda servir para que nuestros deportistas se sigan destacando en esta histórica rama del club.